jueves, 14 de febrero de 2008

En riesgo seguridad alimentaria y de salud en zonas inundadas de Bolivia














Fotografía: Susana Herrera F.

LA PAZ (AFP) — La seguridad alimentaria y de salud está en riesgo en Bolivia en zonas afectadas por las inundaciones que azotan su territorio desde hace tres meses y han dejado 52 muertos, alrededor de 60.000 familias damnificadas y la pérdida de miles de hectáreas de cultivos.

Preocupado por esta situación, el presidente Evo Morales hizo un llamado este jueves a los prefectos de los departamentos más castigados, la región ganadera Beni y la próspera Santa Cruz, a trabajar de manera conjunta en la "reconstrucción" de las regiones afectadas por el siniestro.

Morales admitió que el punto vulnerable de las labores de socorro es el "tema de alimentación (porque) es difícil cómo garantizar", motivo por el que pidió unidad para salvar vidas y atender las demandas que tienen los damnificados.

A la par del llamado presidencial, varios medios locales, entre ellos la televisión estatal, iniciaron campañas humanitarias para la recolección de alimentos, medicinas, agua, ropa y dinero.

El ministerio de Salud advirtió que, por la inclemencia del tiempo y las inundaciones, se podría presentar una crisis sanitaria más aguda que el pasado año.

El director Nacional de Epidemiología, René Barrientos, informó que existe riesgo de un brote de dengue clásico y de leptospirosis. "Este contexto hace presumir que las características epidemiológicas han de ser mucho más críticas que las del año pasado", le dijo al diario La Razón.

Morales recordó que su Gobierno declaró desastre nacional para atender con prioridad a las víctimas de los temporales, agradeció la "solidaridad internacional" y comprometió mayores esfuerzos para superar las contingencias presentadas como efectos del fenómeno climático de La Niña, como la compra de seis helicópteros para las tareas de socorro y salvataje.

Los torrenciales aguaceros han ocasionado la crecida y el desborde de ríos que han anegado sembradíos y pastizales en al menos seis de los nueve departamentos bolivianos, según un último reporte de Defensa Civil.

La situación es complicada en la pujante región agroindustrial de Santa Cruz, donde las pérdidas de cultivos de soja bordean las 490.000 hectáreas y de caña de azúcar las 25.000 hectáreas, según un informe preliminar de la Cámara Agropecuaria del Oriente (CAO), que consideró que el sector productivo sufre "la peor crisis" de los últimos 50 años.

También hay preocupación en los ganaderos del departamento amazónico de Beni, que temen que el desastre pueda agravarse y superar las pérdidas económicas del pasado año producidas también por inundaciones.

Carmelo Arteaga, gerente de la Federación Ganaderos del Beni, dijo a la AFP que en el 2007 se perdieron 400.000 cabezas de ganado de un total de tres millones, dejando una pérdida de 80 millones de dólares.

En este departamento se perdieron 30.000 hectáreas de cultivos y se teme que las inundaciones causen una crisis en el sistema alimentario rural y el desbalance nutricional de sus habitantes, según un informe de la prefectura del Beni, citado por La Razón.

En otros departamentos, como Cochabamba (centro), Potosí (sur), Sucre (sur), Pando (norte) y Tarija (sur), la situación también es complicada aunque la pérdida de productos agrícolas todavía no ha sido calculada por autoridades del Gobierno, que están concentradas en las tareas humanitarias.

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